Pasan y pasan los días y al final lo único que nos quedan son los recuerdos. Aunque no soy de los que vive de ellos, si me gusta recordarlos y disfrutar de ellos.
Me gusta fotografiar la comida del día a día, sin adornos, tal cual, ya sea casera, en un restaurante, etc. y ver el resultado a través de la cámara de 8 megapíxeles. Menos mal que la belleza no entiende de lo que es profesional y de lo que no, por que sino nos perderíamos grandes cosas.
Gracias a Instagram podemos compartir con los demás lo que a nosotros nos gusta, un gran sitio de inspiración. Ya sea un plato de pasta, una crema, la combinación de colores casuales o no, hacen que esa foto sea única, digna de retratar. Y, ¿ cómo no?. ¡Adoro! el filtro Amaro, me parece lo más, es la perfección hecha filtro, da igual como sea la foto, es poner ese filtro y se me escapa un ¡Oooh!
Gracias por las visitas, ¡feliz semana!